lunes, 8 de diciembre de 2014

Ahogo

A mí me gusta llorar cuando estoy sola, me gusta escribir cuando estoy sola pero esta noche, elijo llorar por más que haya otros, elijo escribir aunque no estoy sola entre estas paredes. 

¿Acaso nunca sentiste la necesidad de gritarle al mundo que te estás ahogando que necesitas que alguien te tire una soga para salvarte? Y quizás, si mi alma fuera capaz de gritar aún más fuerte todos me escucharían y todos estarían ahí, más no sea para darme fuerzas para que intente seguir respirando, para que no me rinda. Pero el único aire que quiero es el que me das vos y sos el único que no se da vuelta para tirarme una soga mientras ve que me ahogo, quizás no porque no me quieras, quizás no por que seas una mala persona, todos saben que sos encantador, pero como sea, no me vas a ayudar...
Entonces yo, sigo peleando sola contra todo ese mar que intenta hundirme, contra el tsunami de pensamientos que me vuela la cabeza cada vez que no tengo más en qué pesar, y debo admitir que cuando tengo en qué pensar el tsunami es igual de fuerte. Cada vez que llega la noche y estoy sola en mi cama, ahí es cuando todo se vuelve peor. Ahí es cuando la cabeza funciona más que el resto del día y empiezo a cuestionarme todo incluso aquello que creía que alguna vez hice bien, porque empiezo a pensar que lo podría haber hecho mucho mejor y sé que lo que hice  mal tendría que haberlo hecho diferente o directamente no haberlo hecho. Eso es lo que me pasa a mí, sé que hice las cosas mal, sé que tendría que haber hecho todo diferente o directamente no haber hecho nada y eso es lo que me mata.
Entonces ahí, en ese preciso instante,  es cuando siento que el aire ya no me alcanza, que me estoy ahogando y que no encuentro una soga que me saque de un tirón hacía arriba, que haga que el aire vuelva a entrar en mis pulmones y ponga en funcionamiento todo mi ser. El agua me inunda y no puedo respirar, por más que en realidad esa mezcla de hidrógeno con oxígeno, no son más que mis propias lágrimas que me demuestran que en realidad estoy viva y que todavía respiro. 

Por que como leí por ahí, no sé quién lo dijo ni en qué contexto, "no te enamoraste de mi sino de ti cuando estás conmigo" y ¿sí a lo mejor es eso? que resulta que me enamoré de quién soy cuando estoy con vos, si al fin y al cabo te lo dije, cientos, miles de veces, hacía tiempo que no me sentía tan bien por alguien y con alguien... Ese bienestar me lo dabas vos, esa sensación de felicidad y la sonrisa que inundaba mi rostro  era tu mayor obra, entonces eso es lo que me enamoró de vos, el hecho de que me hicieras sentir feliz y que resucitaras las mariposas muertas que había en mi vientre. Me enamoró saber que vos sentías lo mismo por mí y que yo también podía hacerte feliz cuando suelo creer que no soy capaz de hacerme feliz ni a mí misma, entonces ahí estabas vos para mostrarme que yo podía ser feliz y que podía hacer feliz a otros, hacerte feliz a vos que era todo lo que quería, pero está visto que ni eso me sale bien... 
 
Si leés esto deberías saber que, como mucho de lo que escribí últimamente, es para vos, pero no te preocupes en algún momento el corazón olvida y como todo, el tiempo cura las heridas aunque los temores queden...  Entonces quizás vuelva a aparecer alguien, quizás vos otra vez, quizás otro, que como vos intentaste quiera espantar mis fantasmas y aliviar mis temores. Vos lo intentaste, sabías que lo estabas haciendo bien, pero te fallé yo, y otra vez aparecieron todos los fantasmas que se habían ido... Me gustaría creer que querés volver a intentar espantar mis fantasmas pero no, termino convenciéndome de que no es bueno vivir de ilusiones porque tarde o temprano se rompen  y cuanto más tarde peor...

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